“Al ser el sapo arlequín, una especie que volvió de la extinción, nos da un rayo de esperanza”
A finales de los años 90 se dio la primera extinción masiva de anfibios originada por el cambio climático. El sapo dorado (Incilus periglenes) en la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde y la rana arlequìn (Atelopus varius) en el Pacìfico central y sur del paìs fueron de las primeras especies que desparecieron.
Sin embargo, desde el año 2014 han reaparecido algunas poblaciones de esta rana en varias partes del país, siendo una de ellas el corredor biólogico Alexander Skutch. Este sapo se caracteriza por habitar los bosques en las orillas de los ríos, como el río Peñas Blancas, principal ruta de conectividad para las especies que habitan este corredor biológico.
PROTEGIENDO EL HABITAT
Nuestro objetivo es proteger y regenerar el hábitat de esta especie para que las poblaciones del Sapo Arlequín vuelvan a prosperar. Para esto trabajamos con las fincas aledañas al río Peñas Blancas, donde la rana busca sobrevivir a un ambiente cada vez más hostil, donde las malas prácticas agrícolas y la expansión de monocultivos amenazan esta especie tan vulnerable.